viernes, 29 de octubre de 2010

**llamada a la Tierra**

No Lo olvidemos: la crisis no es el único problema. Lo que nos condujo a ella fue malo; lo que nos aguarda después de ella, por culpa nuestra, quizá sea peor. Un importante órgano consultivo de la UNESCO ha opinado lo siguiente: «España está desaforada en la destrucción de su patrimonio. Hay un desenfreno absoluto que lo está depredando». No cabe ser más duro. Ni más acertado.No se trata sólo de destruir (como, en una Málaga PSOE, urbanizándolas, La Coracha y la necrópolis fenicia), sino de construir sin orden ni concierto ni respeto: lo que se hizo hasta ahora y ha acabado en la pobreza general, la riqueza ocultada y gente en la miseria. ¿Qué coño de edificio emblemático de 178 metros va a tener Sevilla? ¿Es que no tiene la Giralda? ¿Cómo podía edificarse un polígono industrial que fragmentase el paisaje de Numancia, patrimonio mayor de nuestra Historia? ¿Qué rascacielos va a hurgar en el cielo y el pasado de Córdoba u Oviedo? De latrocinios de serenidad y hermosura como esos procede la crisis de hoy. Que no nos asesten los aprovechados ni un emblemita más.
Antonio Gala

No ensuciéis el campo ni las ciudades, no envenenéis los ríos ni los mares ni el aire, no contaminar y no seréis contaminados, respetad la naturaleza, respetad la vida, no hagáis llorar a los niños, no le neguéis nada de lo que necesitan , no hipotequéis el futuro , su futuro, no le robéis la infancia, no le amarguéis la vida. Ellos son inocentes, ellos no tienen la culpa de nada. No los hagáis llorar.
J.Quintero


                                                    ¿Por Qué?
                               Esperar el día en que no haya marcha atrás...
                                                       

1 comentario:

  1. Internet seguramente proporcionará a los niños recuerdos, imágenes, huellas de sus antepasados... Sí, para eso están muy bien las nuevas tecnologías, pero de qué nos vale, si en realidad cuando salgan a la calle, nada de lo que han visto, ha sido conservado, pues ya ha sido destruido por el propío ser humano.

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